Lo más destacable es el entorno que se crea tan especial. Esto se debe a varios factores. El más reseñable es el lugar. Se trata de un palacio de patrimonio cultural inmejorable.
Los conciertos suelen darse al aire libre, en alguno de sus patios centrales. La escenografía del artista junto con la arquitectura y vegetación del propio Palacio de los Palma lo hacen un concierto emblemático.
Pero, en realidad, de nada sirve todo esto sin una buena acústica. Por suerte, el Palacio de los Palmas la tiene. Esto lo hace una ventaja especial frente a otros recintos para ofrecer bonitos y cercanos conciertos.
Y, de ahí podemos obtener otra de las cosas que hacen estos conciertos tan especiales. La cercanía. El palacio ofrece una forma de concierto muy íntimo, donde el artista y el público conectan a las mil maravillas. Así se consigue que todos los asistentes disfruten totalmente de la actuación.
Pero, en ocasiones, si se quiere hacer más especial aún, se prepara una recepción. Al finalizar el concierto, los artistas pueden interactuar con el público. ¿Qué hay más especial que compartir unos momentos de charla con las estrellas de la velada?
